Salud! El derecho al consentimiento informado en salud

“Siete amigos tengo que me dan el mundo a conocer: Quién, Cómo , Dónde y Cuándo, Qué, Por qué y Para qué”.

En el año 2012 se aprobó en Chile la ley 20584 sobre el derecho de los pacientes a decidir qué era lo mejor para su salud, esta ley es conocida como “El Derecho al Consentimiento Informado en Salud”.

Para que sea efectiva, en su artículo 10, la ley dice que  “Toda persona tiene derecho a ser informada, en forma oportuna y comprensible, por parte del médico u otro profesional tratante, acerca del estado de su salud, del posible diagnóstico de su enfermedad, de las alternativas de tratamiento disponibles para su recuperación y de los riesgos que ello puede representar, así como del pronóstico esperado, y del proceso previsible del postoperatorio cuando procediere, de acuerdo con su edad y condición personal y emocional”.

Además la ley reconoce expresamente en el artículo 14 el derecho de los pacientes al consentimiento informado: “Toda persona tiene derecho a otorgar o denegar su voluntad para someterse a cualquier procedimiento o tratamiento vinculado a su atención de salud, con las limitaciones establecidas en el artículo 16”.

El consentimiento del paciente debe constar por escrito en la ficha clínica en los siguientes casos: intervenciones quirúrgicas, procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasivos y, en general, en casos de procedimientos que impliquen un riesgo relevante y conocido para la salud del individuo.

En el artículo 16  se estipulan tres situaciones en las que el criterio del médico estaría por sobre el derecho del paciente a decidir:

Cuando la falta de intervención implique un riesgo para la salud pública. (Por ejemplo, una enfermedad venérea o infectocontagiosa)

Cuando la intervención médica inmediata sea necesaria para prevenir riesgo vital o secuela funcional grave y el paciente no pueda manifestar su voluntad por su condición de salud. (Por ejemplo cuando el paciente está en estado de coma, schock hemorrágico o infarto al miocardio).

Cuando el paciente esté incapacitado para consentir. (Por ejemplo niños, personas con retardo mental o patología mental severa, etc.)

Entre los “otrosí”, el paciente puede pedir el alta voluntaria, el servicio médico puede dar el alta ante la falta de consentimiento del paciente, el médico puede hacer “objeción de conciencia” o sea negarse a seguir atendiendo ese paciente que no se pliega ante su voluntad pero, debe asegurar que otro médico se haga cargo del caso.

Eso dice la ley…

Ahora veamos qué dice la realidad:

Tenemos que reconocer que en nuestro país los “pacientes” en su mayoría son personas que asumen un comportamiento infantil frente al “Diostor”. Predomina la ignorancia, el miedo y las creencias irracionales.

Es común que las personas no pregunten ni cuestionen al médico “porque se puede enojar”. A veces asumen por su cuenta dejar los medicamentos “porque me hacen mal” pero los esconden y no le informan al médico “para que no me rete”.

Pocas personas saben algo de su anatomía interna y de su fisiología, o sea…es como el dueño de un auto que no tiene idea de cómo funciona, cómo debe mantenerlo y qué signos indican “panas” o desperfectos.

Existe un miedo aterrador acerca de la enfermedad, (cultivada paciente y reiteradamente por los medios masivos de comunicación). Hablar de las enfermedades es emocionante como una película de terror…obviamente detrás está el miedo a la muerte, porque para este mundo materialista, te mueres y dejas de existir!

Ahora la gente casi no lee, cuando es tan fácil encontrar información sobre cualquier diagnóstico y cualquier medicamento. He visto personas que leen un párrafo y se saltan todo lo demás!!! O sea tienen información fraccionada y prefieren “ir a la segura”:  que decida el médico.

Ahora pelemos a los médicos y a algún otro profesional  de la salud endiosado que pueda tocarnos:  la medicina usa un lenguaje propio, y rara vez el médico traduce en simple lo que dice en difícil.

Si el paciente no entiende sus explicaciones, es cierto, muchos montan en cólera (y no es exagerar). El paciente es tratado como un ser inferior y muchas veces los médicos optan “por no perder el tiempo y no estar dando explicaciones que no me van a entender”.

En el mundo de la enfermedad (porque eso no es salud), se usa frecuentemente la amenaza y el chantaje emocional: “si Ud. no se opera, va a quedar inválido”, “A Ud. le quedan máximo tres meses de vida”,  “hay que operar para prevenir cáncer”, “si no va tener más hijos ¿para que quiere mantener el útero?”,  y así vamos sacando úteros, ovarios, mamas , testículos, tiroides, trozos de intestino, trozos de estómago y hasta riñones, lo que sea.

Una arista más de este tema, es la presión familiar: conozco muchas personas que se niegan a una cirugía o a un tratamiento determinado y sus parientes los acosan haciéndoles la vida a cuadritos “eres una irresponsable, no piensas en los demás, cómo vas a saber más tú que el médico, etc.” Estos parientes son enemigos de la medicina alternativa y del derecho del paciente a elegir libremente.

También se observa una expectativa bien irreal, y es que las cirugías van a dejarlos mejor que antes…raras veces es así, la cirugía siempre mutila, siempre tiene riesgos, raras veces se recupera la función al 100% (por ejemplo cuando se ponen prótesis, o se hacen trasplantes) y son pocas las indicaciones absolutas (las que ponen en riesgo de vida inmediata).

Otra expectativa irreal y que es más rara aún, es que las personas en la actualidad creen que los exámenes tienen el poder de mejorar…no lo dicen pero actúan como si así fuera y están dispuestas a que les introduzcan catéteres, sustancias radioopacas, las irradien, les hagan biopsias y/o procedimientos invasivos y dolorosos “para estar segur@ de que están bien”.

Lo que no evalúan son los daños iatrogénicos que analizamos en un documento anterior.

 

En conclusión:

Existe el derecho del consentimiento informado en salud- Haga uso responsable de él, no permita que lo traten como a un ignorante o a un imbécil.

Para eso: estudie su anatomía y fisiología, sepa cómo funciona su organismo, aprenda a cuidarlo y prevenir, vaya al médico exclusivamente cuando tenga síntomas definidos.

Cuando le indiquen un examen, procedimiento o cirugía, lea, infórmese, pregunte, exija que le den todas las respuestas que necesita. Y dese el lujo de consultar otra opinión experta.

Opte por las intervenciones conservadoras, no se preste para “conejillo de indias”.

Prefiera la salud alternativa cuyo énfasis está en prevenir y mantener la salud.

Consentimiento informado en la nueva ley de derechos de los pacientes: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872012001000017

Conductas autoritarias y de poder en la práctica médica: http://www.humanidadesmedicas.sld.cu/index.php/hm/article/view/212/132

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